Arturo Silva lleva años jugando Kino. “Soy un fiel seguidor”, se anticipa a decir. Siempre dos cartones a la semana, elegidos con mucha fe.

Y en el último tiempo, Arturo tenía el anhelo y la ilusión de ganar con Kino y jubilarse de la mejor manera. Se sentía cansado pero los números no le daban. Pero todo cambió hace poco, en pleno verano, cuando al fin pudo ver su sueño hecho realidad, justo cuando debía decidir si seguir trabajando o no. “Gané el Kino y voy a descansar”, dice con felicidad.

Arturo pudo decirle chao a su jefe y se dedicará a vivir con total tranquilidad, luego de haber trabajado 30 años como conductor de un furgón escolar.

"Los apoderados me llamaban, no entendían que no estuviera con ellos y sus niños. Sintieron mucho que yo no siguiera trabajando y yo también tuve pena de dejar este trabajo de tantos años. Han sido sentimientos encontrados los que he tenido", dice Arturo, aún con la emoción de haber podido decidir algo tan importante para su vida. Ya hace algunos planes para darse unos gustos y tiene en mente unas vacaciones en Rapa Nui.

Hoy desde la tranquilidad de su casa agradece su buena suerte, sin olvidar la fe que lo acompaña siempre. “Por mi fe, la familia y por los sueños que tengo, estoy feliz de ser el ganador del Kino”, finaliza.