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VIDEO JUEGO “A LA SUERTE DE LA OLLA”
Lo primero que nos cuenta Jacqueline Arenas desde la ciudad de Arica, es que lleva mucho tiempo participando del video juego “A la Suerte de la Olla”, dice que se transformó en una fiel seguidora. Y así fue como su perseverancia la llevó finalmente a ganar el gran premio de diez millones de pesos, “y estoy realmente feliz”, afirma.
La alegría de Jacqueline tiene una motivación muy importante ya que, justo en este momento, la familia está atravesando un momento complicado. Su hijo menor tiene autismo severo y además está afectado por problemas estomacales, por lo cual debe viajar frecuentemente desde Arica a Santiago para atenciones médicas
Confiesa que "por lo mismo es que estaba sobreendeudada y ese día que jugué, cargué como dos mil quinientos pesos en la cuenta y me puse a jugar. Y justo al día siguiente tenía un millón de cosas por pagar, así es que jugué y dije: 'Me lo voy a ganar'. Y en el segundo intento, me lo gané", señala reviviendo la felicidad de ese momento.
"De verdad el premio cayó del cielo porque estaba con la soga al cuello, era mucho el gasto médico que había de por medio. Muchas las deudas que se habían sumado con respecto a lo mismo. El premio fue algo que no se podía creer porque las veces que yo jugaba, siempre lo hacía escogiendo los números. Y esta vez que jugué, ni siquiera miré, cerré los ojos y cuando los abrí, vi que había ganado con el anuncio en la pantalla”, asegura Jacqueline y agrega que “le saqué un pantallazo para que no se me perdiera o borrara el número de apuesta, pero era para no creerlo. De hecho, como yo soy de región, me puse a pensar en cómo lo hacía para cobrar”, pero esa duda la pudo aclarar rápidamente: “Me respondieron a través de un correo al día siguiente. Era todo tan rápido para el cobro del premio. En un par de días ya estaba depositado en mi cuenta. Recién ahí pude asimilar lo que me había pasado".
Por supuesto que, con quienes más cerca ha compartido la felicidad de este premio la feliz ganadora, es con su esposo y sus tres hijos. "Incluso uno de mis hijos, que estudia en la universidad, también me genera gastos extras al estudiar en otra ciudad. Por eso digo que el premio me cayó del cielo porque pudimos pagar las deudas y quedar prácticamente en cero. Guardé un porcentaje en una cuenta de depósito a plazo e invertí también una parte en mercadería desde Estados Unidos".
Ingeniera en prevención de riesgos, Jacqueline trabajaba de manera independiente, asesorando a empresas, pero cuando nació su hijo menor (ahora de tres años) debió dejar varios de esos trabajos y bajó mucho su ingreso económico. Por lo mismo, dice, "inicié una pyme y me ha ido bastante bien. Empecé a traer desde Estados Unidos carteras, billeteras, colonias, cosas de marca. La verdad es que me dio un plus muy distinto porque me dio otro tipo de clientela, me ha ido muy bien, me ayudó mucho. Estaba en una situación muy compleja, económicamente, anímicamente, porque eso se relaciona con muchas cosas. Caí en una depresión muy grande porque la verdad yo igual trabajo y todo lo que es mi trabajo era para pago y te vas encalillando, es como un círculo vicioso del que no sales nunca".
La familia tiene un sueño: viajar a conocer Orlando (Disney World), pero por el momento no lo cumplirán. "Estamos concentrados en nuestro hijo, en dos semanas debo viajar a Santiago a una biopsia, dependo de ello. La prioridad es otra en estos momentos, pero este premio nos ha traído mucha felicidad", concluye.