Junto con recordar la emoción de ese momento, hoy con más tranquilidad, Julio Rodríguez señala que "este premio es una gran bendición que a uno Dios le da". Y enseguida habla del gran sueño que ahora podrá cumplir: "Mi sueño siempre ha sido tener mi casa propia y también poder asegurar el futuro de mis hijas".

Se refiere a Krishna, de 14 años, y Antonia de un año y cuatro meses, quienes junto a su señora Ximena forman su familia. "Mi señora y mi hija mayor no me creían, pensaban que yo estaba bromeando cuando les conté lo del premio, incluso me retaron", indica con una sonrisa, agregando que ahora comenzará a darse unos gustitos. Por ejemplo, comprarse una camioneta que soñó tantas veces, una Toyota Hilux, "para pasear por donde uno quiera".

Actualmente trabaja en un aserradero, donde es operario de productos terminados, pero durante unos 17 años laboró en faenas mineras en Calama y Antofagasta, donde era montajista, con horarios extenuantes de 14 días trabajados y 14 días descansados. "Fue una pega pesada, principalmente por los horarios y los turnos", destaca.

Hijo de una familia de esfuerzo y con un papá que es de campo, Julio debió trabajar desde los 14 años. "La vida para nosotros ha tenido altos y bajos, pero como todas las familias del país", dice, al mismo tiempo que confiesa su ahora suspendida afición por las apuestas a las carreras de caballos. "Incluso llegué a tener caballos de carrera, como uno es de campo sabe de estas cosas", tal como ahora sabe lo que es ganar el Kino con 14 aciertos y más de 235 millones de pesos. “Gracias a Kino cumpliré mis sueños”, finaliza.